La en principio organización sin ánimo de lucro denominada Global Energy Balance Network (Red Global del Balance Energético) fue disuelta el pasado mes de diciembre de 2015 tras conocerse el escándalo de su financiación por parte de la compañía de refrescos Coca-Cola.

El origen de este descalabro mediáticamente silenciado por los medios generalistas en España tiene su punto de partida en agosto de 2015 cuando The New York Times publicó un editorial titulado Coca-Cola Funds Scientists Who Shift Blame for Obesity Away From Bad Diets un duro titular que podría traducirse más o menos como Coca-Cola financia a científicos para que dejen de echar la culpa de la obesidad a las dietas inadecuadas.

El contenido de dicho artículo tampoco era demasiado delicado con la marca de refrescos, señalando con todo lujo de detalles como Coca-Cola habría tejido una estrategia que, de la mano de reconocidos científicos, le permitiera ratificar el mensaje más complaciente para sus intereses comerciales, a saber, que la solución al problema de la obesidad no debe centrarse en contar calorías o en la calidad de la dieta sino en la actividad física. Tampoco nada nuevo en el horizonte ya que, tal y como han apuntado en ocasiones algunas voces independientes, esta es una estrategia similar a la ya seguida hace unos cuantos años por la industria del tabaco cuando se dedicó a reclutar expertos con el fin que desde su púlpito “científico”, pero a sueldo, plantearan dudas sobre los peligros para la salud en el consumo de tabaco cuando las cosas empezaron a ponérseles complicadas para las tabacaleras allá por el final de la década de los años cincuenta y más adelante.

En realidad esta estrategia general de Coca-Cola comenzó a hacerse notoria cuando hace ya tres años la empresa de la felicidad decidió salir a la palestra publica para posicionarse como un aliado anti obesidad, algo que para muchos no es si no una auténtica desfachatez y una afrenta al sentido común mientras se adopta una cínica postura.

Volviendo a La Red Global del Balance Energético, su página web ha desaparecido a día de hoy, pero según el citado artículo del New York Times esta estaba registrada a nombre de la propia compañía Coca-Cola siendo al tiempo administradora de la misma. Así, el grupo de trabajo “científico” habría empezado su labor recibiendo una importante donación por parte de Coca-Cola de cerca de un millón y medio de dólares, ahí es nada. No obstante, esta no era la única vinculación que se destapó entre la chispeante compañía de Atlanta con universidades y centros de investigación. También se contrastó que la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado habría recibido una subvención cifrada en un millón de dólares, cantidad que la citada Universidad manifestó se dirigía a devolver cuando estas felices relaciones comenzaron a ser de dominio público. Pero tampoco fue la única, otra más que se sabe aceptó dinero de Coca-Cola, medio millón de dólares, fue la universidad de Carolina del Sur, pero en este caso, además, sus portavoces excusaron hacer declaraciones al respecto de lo que pensaban hacer con el dinero recibido. Más allá de las universidades, algunas sociedades científicas también han visto su nombre ligado a la Compañía Coca-Cola por recibir dinero de esta, me refiero a la Academia Americana de Pediatría y a la Academia de Nutrición y Dietética. Me pregunto, si de alguna forma el “modelo de inversión en ciencia” de Coca-Cola en los Estados Unidos se ha replicado en otros países, y en especial si se ha hecho o se hace en España.

Según algunas declaraciones de algunos expertos independientes y especialistas en obesidad, como Yoni Freedhoff, de la Universidad de Ottawa aparentemente la idea original de La Red Global del Balance Energético era precisamente constituirse como una especie de megáfono “científico” para la compañía Coca-Cola y trasladar a los consumidores que el problema de la obesidad no estaba tanto en lo que comían y sí en la falta de ejercicio que no hacían dotando al mensaje de un aura de credibilidad. Sugiero que a modo de ejemplo se contraste la última línea en el texto de este enlace y saques tus propias conclusiones. Es decir, lo de siempre que nos han dicho profesionales independientes que haría la industria alimentaria en esta situación: trasladar por entero la responsabilidad de las alarmantes cifras de obesidad a las personas individuales. Una especie de:

Si tienes obesidad es por tu culpa, porque no te mueves lo suficiente. Haz más ejercicio y sigue comiendo y bebiendo de lo que nosotros te damos

Al final, el detonante que propició el descalabro definitivo de La Red Global del Balance Energético la tuvo el que se dieran a conocer una serie de extractos de correos electrónicos publicados por Associated Press entre directivos de Coca-Cola y algunos científicos líderes de La mencionada Red. En ellos se dejaba meridianamente claro que la compañía estaba influyendo en la elección de los líderes del grupo, en dictar sus objetivos y en sugerir artículos y vídeos para su página web web.

Aunque según el New York Times de nuevo, los expertos de la Red negaron que Coca-Cola influyera en su trabajo, un escrito firmado por el presidente del departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard y por otros 36 científicos criticó duramente a Coca-Cola y a la propia la Red Global de Balance Energético tildando la relación de “disparate científico indignante”.

El caso es que a día de hoy y desde hace un mes la consabida Red Global del Balance Energético ha desaparecido tras el adiós precipitado de la líder científico de Coca-Cola, Rhona S. Applebaum. Ni la ex trabajadora de Coca-Cola ni el ex Presidente del Grupo que conformaba la red han hecho declaraciones. Solo una pequeña nota, visible durante unos pocos días (hoy ya no) en la web de la Red aclaraba que se suspendían sus actividades “a causa de limitaciones en los recursos”.

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Nota: Me pregunto como es posible que esta en mi opinión considerable noticia en el ámbito de la industria alimentaria no haya tenido en España ni un solo titular, por pequeñito que sea, en los medios de comunicación generalistas.

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Imagen: tiverylucky vía freedigitalphotos.net